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Diciembre es el mes en que Playboy festeja el aniversario del lanzamiento de su primer número en la historia, donde aparecía la bella Marilyn Monroe en la portada. La revista llegó para revolucionar el mercado del sexo, sin embargo, tras 63 años, parece que el negocio no va tan bien como quisiera.

Su fundador, el playboy estrella Hugh Hefner tiene ya 90 años, y aunque sigue siendo la máxima autoridad sobre la marca, ya tiene poco que decir debido a su avanzada edad y falta de energía.

A mediados de este año, la revista fue puesta en venta por segunda vez (después de haber sido adquirida por un privado en 2011). Esto no resulta demasiado sorprendente considerando que la industria de los medios impresos atraviesa una crisis ya desde hace varios años. Lo que sí ha impactado a empresarios y conocedores de la industria pornográfica es que el precio sugerido por su venta es de 500 millones de dólares.

La realidad es que una combinación entre decisiones internas, que algunos las califican como malas, incluyendo al hijo de 25 años del fundador, Cooper Hefner, y un mercado sexual cada vez más competido han llevado al emporio hacia la decadencia.

Con el desarrollo web y su gigantesca oferta de contenidos pornográficos, las revistas eróticas han perdido relevancia. Playboy ciertamente es un clásico, pero para nuevas generaciones, como los millennials, queda como vieja y desactualizada.

De la circulación máxima de 5.6 millones de revistas que alcanzó en sus mejores años, ahora ya solo se venden menos de un millón.

Este resultado está ligado también con la decisión que los nuevos dueños de la marca tomaron a inicios de 2016. La revista Playboy ya no presentaría más mujeres desnudas en sus interiores.

Hefner estuvo de acuerdo con el cambio y lo tomó como una estrategia hacia una nueva era, donde la revista se vendiera más por contenidos culturales y de tendencia que por sus recomendaciones sexuales.

Sin embargo, su hijo Cooper, y otros miembros de la compañía y expertos del sector quedaron decepcionados por el cambio e incluso preocupados por el futuro de la marca.

“La marca no tiene futuro, porque la razón de su existencia ya no está. Solo el nombre es más valioso que el propio objeto”, dijo el analista de la industria delpublishing Samir Husni, en entrevista con The Guardian, en abril de este año.

A esto, el pornógrafo y competencia directa de Hefner, Larry Flynt, declaró ante CNN que “sé que (Hefner) se está haciendo viejo, pero no sabía que había perdido la razón. ¿Cómo pudo quitar la característica más importante de su revista, por la cual se hizo notoria?”

Muchos aún debaten esta decisión, que parece haber sido definitiva. La última en aparecer desnuda fue Pamela Anderson, para la edición enero/febrero 2016.

Por si esto fuera poco, incluso la Mansión Playboy fue vendida. Por 200 millones de dólares, el vecino multimillonario Darren Metropoulos aceptó el trato de no tomar la casa hasta después de la muerte de Mr Playboy, que dados sus últimos reportes de salud, podría ser más pronto de lo que imaginamos.

Aún no ha aparecido comprador que esté dispuesto a pagar los 500 millones a cambio de una compañía que claramente está en decadencia. Por lo pronto, Playboy al menos mantiene el valor de su nombre. Pero ¿por cuánto tiempo más?

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