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Es momento de emprender tu próximo viaje. Pero para esta aventura tu maleta no verá un par de pantalones cortos y sandalias, tampoco empacarás ropa para la nieve ni para una cena romántica en la ciudad. De hecho, pronto te darás cuenta que esta maleta podría resultar la más complicada de hacer, por el simple hecho de que vas a un lugar desconocido.

Llevas los básicos de higiene personal y esperas que sea suficiente para esta aventura. Abordas la nave que te transportará. Cierras los ojos para relajarte. Y, después de un estrépitoso despegue te atreves, por primera vez, a asomarte por la ventana.

Primero te dejas sorprender por un aparente infinito de puntos brillantes en la oscuridad. Son estrellas, son planetas. Después, la descubres. Allá abajo, brillante y distante, está la tierra. ¡Bienvenido al primer viaje turístico al espacio!

Blue Origin podría ser la primer compañía en hacer esta fantasía realidad.

Hace 16 años, en el 2000, Jeff Bezos, fundador de Amazon y dueño del Washington Post, abrió su propia compañía aeroespacial Blue Origin. Desde el inicio, su objetivo era crear una empresa que llevaría al ser humano al espacio por simples motivos recreativos, de una manera asequible y confiable.

Desde entonces, Blue Origin ha realizado diferentes aeronaves y múltiples pruebas de lanzamiento y procesos de seguridad, en busca de establecer un proceso de viaje seguro para comenzar con los viajes comerciales.

De acuerdo con los planes de la compañía, 2017 sería el año en que lanzarían a sus pilotos al espacio para realizar todas las pruebas necesarias. En 2018, se planeaba abrir oficialmente el turismo espacial, con sus viajes comerciales.

Parece que Bezos, junto con Rob Meyerson, presidente de Blue Origin, lograrán mantenerse al día con su calendario.

El pasado cinco de octubre se cumplió con éxito uno de los requisitos más importantes para permitir los viajes turísticos a bordo de estas naves espaciales. La compañía debe contar con medidas de salida y aterrizaje de emergencia, que garanticen a los pasajeros que, si algo sale mal, tienen un plan B para hacerlos llegar a casa sanos y salvos.

Para esto, la compañía creó un cohete, que parece una especie de cápsula, con un motor independiente para regresar a los pasajeros a la tierra. Durante las pruebas, el cohete de emergencia no solo trajo a salvo su contenido sobre la tierra, sino que no sufrió daños durante el aterrizaje de emergencia.

“Esta prueba nos acercó un paso más a los vuelos espaciales humanos”, dijo Meyerson el pasado jueves 13 de octubre, durante el International Symposium for Personal and Commercial Spaceflight, en Nuevo México.

Tras este éxito, Blue Origin mantiene paso firme hacia hacer realidad el turismo espacial para 2018.

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