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Julia Kirby, editora de habla de las razones por las que las fiestas de trabajo de Navidad no son una buena idea , o al menos, no sirven para el propósito por el cual se crearon.

Si recordamos el libro de Dickens “Cuento de Navidad”, la primer visita de Scrooge es una escena en donde Mr. Fezzwig Ball baila con sus compañeros de trabajo. Cuando el libro fue publicado, los jefes de grandes empresas se conmovieron con tal personaje y se comenzó una tradición que permanece hasta la actualidad. Compartir y festejar con los compañeros de trabajo.

Con el paso del tiempo, la idea original de las Fiestas de Navidad se fue transformando y ahora parecen estar muy alejadas de la realidad. Muchos estudios comprueban que aunque se dice que estos eventos son organizados para unir a los trabajadores, valorar su esfuerzo durante el año o recordarles que son parte del éxito de la empresa, estos objetivos ya no son realmente aplicables.

No se crean redes de conexión, la gente va se divierte y al día siguiente siguen siendo desconocidos. Trata de recordar a todas las personas con las que has bailado o platicado en tus últimas fiestas de Navidad, quizá las ubiques pero probablemente no volvieron a hablar al regresar a la oficina.

Se promueve la diversidad, se reúnen a grupos diferentes para que se relacionen, pero al final las únicas relaciones que realmente se fortalecen son las de personas que ya se conocían o que trabajan mano a mano diario.

Las fiestas de Navidad tienen más desventajas que elementos a favor. El alcohol cambia a las personas y las relaciones fuera del trabajo demuestran su lado negativo. Definitivamente mucha gente preferiría pasar tiempo con su familia o quedarse en casa que ir a una fiesta con gente que realmente no quiere ver fuera de la oficina.

Es una fiesta, el ambiente laboral no cambia realmente después de ello. Las bromas que se hicieron y los abrazos que te diste con tu jefe no harán que al día siguiente te trate diferente. La relación laboral y la jerarquía sigue siendo tal como era un día antes.

Si el propósito era celebrar el éxito de la empresa o fortalecer las relaciones laborales, las Fiestas de Navidad súper producidas, para fingir que los demás te agradan, no son el camino.

Se desvirtúa el original significado de la Navidad para convertirse en un tiempo de presunción y descontrol.

Julia Kirby dice que "los dueños de las empresas deberían promover constantemente una relación eficaz y agradable entre sus trabajadores, no solo con grandes eventos que demuestren que su compañía sigue andando. Igualmente deberían poner más atención a las verdaderas necesidades de sus empleados. Las fiestas de Navidad tienen más significado cuando compartes con tu familia o con personas que verdaderamente aprecias".

Sin intención de acabar con el espíritu navideño, es importante recordar que a pesar de que las fiestas que se organizan durante estas fehas son para celebrar, siguen siendo un asunto de trabajo por lo que el buen comportamiento debe ser permanente. Si quieres sobrevivir a la fiesta de Navidad de la empresa donde trabajas procura no ser la persona que interrumpe conversaciones o se aparece cuando la fiesta está por terminar.

Si la fiesta ya se va a hacer, por lo menos pásala bien. Visita la galería y descubre lo que nunca deberías hacer en una fiesta de Navidad del trabajo.

Evita cometer estos errores y tu reputación en la oficina se salvará para el próximo año.

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