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Tras semanas de choques con manifestantes, los policías federales enviados por el presidente estadounidense Donald Trump a Portland comenzarán a retirarse desde el jueves, informaron las autoridades.

La gobernadora de Oregón (oeste), Kate Brown, anunció este miércoles en Twitter que "el gobierno federal ha acordado retirar a los oficiales federales de Portland".

"Han actuado como una fuerza de ocupación y han traído violencia", indicó en referencia a los duros choques con los manifestantes que protestan contra el racismo y la brutalidad policial tras la muerte el 25 de mayo en Minneapolis de George Floyd, un afroestadounidense de 46 años desarmado, asfixiado por un policía blanco.

La administración Trump envió este mes a Portland agentes federales armados, muchos de ellos con equipo de combate, después de semanas de protestas contra la policía y el gobierno que dejaron un tribunal federal y varios edificios públicos con graffiti y ventanas rotas.

Los detractores del presidente consideraron la intervención federal como una movida política de Trump, que se presenta a la reelección el 3 de noviembre, para mostrarse como un defensor de la ley y el orden ante los votantes.

Pero las protestas en Portland se intensificaron desde la llegada de las fuerzas federales, vestidos con uniformes paramilitares y sin distintivos de identificación visibles, y que usan vehículos sin matrícula para detener a manifestantes, según videos en las redes sociales.

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"La ocupación federal a nuestra comunidad ha traído un nuevo tipo de miedo en nuestras calles", escribió por su parte el alcalde de Portland, Ted Wheeler.

"Agentes federales casi matan a un manifestante y su presencia ha llevado un incremento de la violencia y el vandalismo", agregó el alcalde, quien incluso quedó atrapado en medio de la represión con gas lacrimógeno la semana pasada.

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Chad Wolf, secretario interino de Seguridad Nacional, dijo en un comunicado que había llegado a un acuerdo con la gobernadora Brown "para poner fin a la actividad violenta en Portland contra la propiedad federal y a los agentes del orden".

"El estado de Oregón finalmente está accediendo a cooperar con nuestras fuerzas federales... exactamente lo que pedimos desde que estalló la violencia nocturna hace dos meses", escribió después en Twitter.

"Estamos contentos de que Oregón esté ahora corrigiendo su error de meses", ofreciendo "una fuerte presencia de la policía estatal" que "nos asegure que el Tribunal Federal de Hatfield y otras propiedades federales ya no serán atacadas", agregó.

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Trump dijo más temprano que las fuerzas federales no dejarían Portland hasta que se haya "asegurado la ciudad".

"Le dijimos a la gobernadora, le dijimos al alcalde: 'aseguren su ciudad'. Si no aseguran su ciudad pronto, no tendremos otra opción sino entrar y limpiarla. Lo haremos muy fácilmente. Estamos preparados", señaló el mandatario a periodistas.

Este mismo miércoles se anunció el envío de agentes federales a otras tres ciudades lideradas por demócratas (Cleveland, Detroit y Milwaukee), con el objetivo de ayudar a frenar el aumento de la delincuencia.

"Estas tres ciudades están experimentando un aumento inquietante de crímenes violentos, particularmente homicidios", dijo en un comunicado el secretario de Justicia, Bill Barr, quien ha sido duramente criticado por la oposición tras la operación en Portland.

La administración republicana ha enviado también refuerzos federales a ciudades como Kansas, Chicago y Albuquerque, donde los funcionarios locales han cuestionado la iniciativa tomada en medio de la campaña presidencial.

Esta nueva medida se extenderá a las tres grandes ciudades industriales de la región de los Grandes Lagos, donde se enviará un centenar de agentes en las próximas semanas, según el Departamento de Justicia, que ostentan un aumento de homicidios: 13% en Cleveland, 31% en Detroit y 85% en Milwaukee desde el comienzo del año.

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