Un clima seco y con viento representaba el miércoles un peligro extremo de incendio forestal en el norte de California, donde centenares de casas han sido destruidas y docenas de personas han perdido la vida o resultado heridas a causa de fuegos a gran escala.

El Servicio Meteorológico Nacional emitió una alerta roja que estará en vigor hasta el viernes por la mañana. Debido a la sequedad y rachas de viento de casi 88,5 kilómetros por hora (55 mph), Pacific Gas & Electric advirtió que podría comenzar a interrumpir el suministro de electricidad el miércoles por la noche a 54.000 clientes en 24 condados.

La compañía eléctrica más grande del país tenía previsto decidir horas antes el miércoles si aplica interrupciones preventivas de energía en un intento para impedir el inicio de incendios debido a líneas dañadas o derribadas debido a los fuertes vientos.

“Lo consideramos como último recurso”, dijo Mark Quinlan, jefe de incidentes de la compañía.

La empresa también ha instalado generadores y aprobado otras medidas para mantener el suministro de electricidad en algunas zonas que podrían quedarse sin energía durante los apagones, señaló Quinlan.

Unas 33.000 casas y negocios podrían comenzar a quedarse sin luz a las 6 de la tarde, principalmente en las estribaciones de la Sierra Nevada y el norte de la bahía de San Francisco, y 21.000 usuarios dos horas después en otras partes de la sierra y la zona de la bahía, así como en partes de la costa central, dijo PG&E.

Las cifras de clientes afectados oscila desde más de 11.300 en el condado Butte, 6.000 en el condado Santa Cruz y unos 5.400 usuarios en el condado Alameda a solo 10 en el condado Yolo, según la compañía.

Unas 200 personas en el condado Humboldt en el norte podrían quedarse sin electricidad para el jueves en la tarde a medida que lo afecten los vientos, señaló la PG&E.

El servicio eléctrico será restaurado plenamente para el viernes por la noche, señaló la empresa.

Los apagones podrían abarcar regiones ya afectadas por enormes incendios forestales. El fuego Glass que afectó las zonas vinícolas de los condados Napa y Sonoma estaba casi rodeado después de destruir más de 1.500 casas y otras estructuras.

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