TE RECOMENDAMOS

Este 17 enero, Michelle Obama cumple 55 años. Hace un par de semanas, fue nombrada la en Estados Unidos. Desbancó a Hillary Clinton, quien había ostentado este título por 17 años.

La historia de vida de Michelle LaVaughn Robinson comienza en Chicago. Sus padres son Fraser Robinson y Marian Shields Smith. Tiene un hermano mayor llamado Craig Robinson. A continuación, repasaremos algunos detalles de su infancia que narra en Becoming, su libro de memorias.

UN BUNGALOW EN CHICAGO

Michelle vivió su niñez en un estrecho bungalow de ladrillo en el barrio South Shore. Era propiedad de su tía abuela Robbie y su marido Terry. Sus padres alquilaron un departamento en la segunda planta y sus tíos vivían en la primera.

Eran dos familias viviendo bajo un techo pequeño en Euclid Avenue. En Becoming, Michelle narra que el espacio donde vivían era para dos personas, pero encontraron la manera de "meterse cuatro".

“Mis padres ocupaban el único dormitorio y Craig y yo compartimos una zona más amplia que, supongo, correspondía al salón. Estábamos separados por una tabla de madera”, apunta.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Una publicación compartida de Michelle Obama (@michelleobama) el

EL VALOR DEL ESFUERZO

La familia de Michelle Obama vivía con un “presupuesto ajustado”, pero rara vez se comentaban sus límites en la mesa. Ella aprendió el valor del esfuerzo de su padre.

Fraser Robinson trabajó más de 20 años para la ciudad de Chicago, supervisando las calderas en una planta de filtración de aguas. Aunque cada vez le costaba más caminar, debido a la esclerosis múltiple que sufría, no faltó un solo día al trabajo.

Michelle lo recuerda con su uniforme azul, pero todas las noches llegaba a enseñarle a amar el jazz y el arte.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Una publicación compartida de Michelle Obama (@michelleobama) el

BARBIE GIRL

El juguete favorito de Michelle Obama eran las Barbies. Su pasatiempo favorito era tirarlas por el suelo e inventar historias dramáticas. A cada Barbie le asignaba una personalidad y tenía todos sus vestidos en una bolsa. No dejaba que nadie las tocara.

Los animales de peluche casi cubrían su cama. Cada noche los colocaba meticulosamente alrededor de su cabeza como un ritual para estar más cómoda.

FAN DE LOS JACKSON 5

Michelle y Craig protagonizaban combates de boxeo en la cocina. Utilizaban dos pares de guantes que su padre les había regalado para Navidad. Por la noche, ponían discos de los Jackson 5 a todo volumen.

APRENDIÓ A TOCAR EL PIANO A LOS 4 AÑOS

Michelle tenía cuatro años cuando decidió que quería aprender a tocar el piano. Su tía Robbie daba clases en su casa, por lo que todo el tiempo creció con esas melodías. A los cinco años ya tocaba en recitales.

DUKES HAPPY HOLIDAY RESORT

Fraser Robinson tenía como tesoro un automóvil Buick Electra 225 de color bronce. Michelle narra que “el coche era otro nexo de unión para mi familia, una posibilidad de hablar y viajar al mismo tiempo”.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Una publicación compartida de Michelle Obama (@michelleobama) el

Todos los años hacían un picnic al norte del Lago Michigan, donde trabajaba su padre. Los veranos iban a Dukes Happy Holiday Resort.

ALUMNA DESTACADA

Michelle comenzó el preescolar en la escuela Bryn Mawr, que quedaba a cinco minutos de su casa. Llegó con la doble ventaja de saber leer palabras básicas y de tener un hermano en el segundo curso. Su madre le enseñó a leer en casa.

En sus memorias apunta que su seguridad para leer le aportaba seguridad, y aunque dos alumnos la superaban académicamente, siempre destacó en oratoria.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Una publicación compartida de Michelle Obama (@michelleobama) el

LA DIVERSIDAD COMO ENTORNO

Las calles que rodeaban la casa de Michelle albergaban familias judías, de inmigrantes, familias blancas y afroamericanas, a gente que estaba prosperando y que no. Dice que su “familia pertenecía al sector pobre del barrio”.

En parte, eso explica sus ideales demócratas. Más tarde tomaría la bandera de lucha contra el racismo y la discriminación.

MENTE ABIERTA

Michelle Obama se siente privilegiada de la educación que recibió en casa. Recuerda que, desde que era niña, sus padres le hablaban sobre drogas, sexo, decisiones vitales, desigualdad racial y política. Esas conversaciones comenzaron a formar a la mujer que es hoy.

LUCHA CONTRA EL RACISMO

Michelle vivió episodios de racismo en su casa y en la escuela. En Becomig apunta:

Me enfrenté al más universal de los desafíos:  “Conciliar quién eres con el lugar del que provienes y el lugar hacia donde quieres ir. También me doy cuenta de lo mucho que me faltaba para conciliar mi voz”.

Mira en nuestra galería algunos datos sobre su libro de memorias.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Una publicación compartida de Michelle Obama (@michelleobama) el

Google News

TEMAS RELACIONADOS