La escasez de leche en polvo para bebés podría durar algún tiempo, insinuó el viernes el asesor económico de la Casa Blanca, Brian Deese, subrayando que la prioridad del gobierno es la seguridad.

Este problema "no se resolverá en un día o en una semana", dijo Brian Deese a CNN.

A la pregunta de si "los padres deben estar preparados para que dure semanas o meses", Deese se mantuvo elusivo. "Necesitamos ver cómo progresa en tiempo real", dijo, instando a los padres a recurrir a sus médicos en caso de necesidades urgentes.

Según el proveedor de datos Datasembly, la tasa de desabastecimiento de fórmula de leche infantil alcanzó el 43% a fines de la semana pasada.

Inicialmente causada por problemas en la cadena de suministro y la falta de mano de obra, la escasez se exacerbó cuando en febrero cerró una fábrica del fabricante Abbott en Michigan tras el retiro del mercado de productos que se sospechaba que habían causado la muerte de dos bebés.

"La seguridad es primordial en este caso", afirmó Deese, recordando que la planta de Abbott había sido cerrada por motivos de seguridad.

"El día que ocurrió el retiro, la administración (de Joe Biden) envió una guía a todos los estados para actualizar sus regulaciones", agregó.

Finalmente aseguró que "todas las palancas del gobierno federal" fueron activadas para apoyar la cadena de suministro.

Acusada de indiferencia o de no reaccionar a tiempo, la Casa Blanca presentó el jueves algunas medidas, de alcance limitado, para combatir el problema.

El gobierno del presidente Biden planea, entre otras cosas, aumentar las importaciones, mientras que Estados Unidos produce el 98% de la leche de fórmula que consume.

"En las últimas cuatro semanas hubo más producción de leche para bebés que en las cuatro semanas anteriores al retiro" de los productos de Abbott, señal el asesor.

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