El expresidente Barack Obama destaca las divisiones que atraviesa en un libro de memorias que se publicará la semana próxima, una fractura que estima no se arreglará únicamente con la salida de Donald Trump de la Casa Blanca.

En un fragmento del primer tomo de sus memorias, "A Promised Land" ("Una tierra prometida"), que saldrá a la venta el martes y cuyos primeros fragmentos publicó la revista The Atlantic, el antecesor de Trump repasa los cuatro años transcurridos desde su partida del gobierno.

"Lo más preocupante de todo esto puede ser que nuestra democracia parece estar al borde la crisis", escribe el exmandatario demócrata.

"Una crisis anclada en el enfrentamiento fundamental entre dos visiones opuestas de lo que es Estados Unidos y de lo que debería ser", continúa, denunciando el desprecio reciente a las normas y las garantías básicas que, durante mucho tiempo, tanto demócratas como republicanos "dieron por sentado".

Pese a que se congratula de la victoria en las elecciones de su antiguo vicepresidente Joe Biden, Obama alerta contra cualquier visión demasiado optimista sobre los años que seguirán a Trump.

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"Sé también que una única elección no arreglará el problema", opina. "Nuestras divisiones son profundas, nuestros desafíos son abrumadores", añade.

El 44º presidente de Estados Unidos dice sin embargo estar "lleno de esperanza" hacia el futuro, convencido de que con "trabajo duro, determinación y una buena dosis de imaginación", Estados Unidos podrá mostrar "lo mejor que tenemos".

En este intenso primer tomo de sus memorias (768 páginas), Obama relata también su proceso de escritura (para el que usa bolígrafo y no el computador) o su dificultad para ser conciso.

Asimismo, deja entender que, durante sus ocho años en la Casa Blanca, recurría a su pequeño momento de relajación fumando "un cigarro en la noche".

La relación de Obama con el tabaco, y su abandono posterior, fue objeto intensa especulación durante su campaña de 2008 y su primer mandato.

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