Un total de 57 países han detectado ya casos de la nueva variante ómicron del coronavirus, aunque muchos de ellos sin síntomas o leves, destaca la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe donde alerta sobre la alta posibilidad de reinfección que parece tener la nueva cepa.

El informe epidemiológico semanal de la organización subraya que los 212 casos confirmados en 18 países de la Unión Europea (UE) fueron en personas con síntomas leves o incluso asintomáticas.

La OMS advierte sin embargo que aunque la variante ómicron pueda causar menos casos graves que la delta (predominante en la actualidad) podría aumentar las hospitalizaciones y las muertes si, como se teme, es más contagiosa y causa más infecciones en general.

En los últimos 60 días, de los 900,000 casos de COVID-19 analizados por la red de laboratorios global GISAID más del 99% siguen siendo causados por la variante delta del coronavirus, y sólo 713 (0,1 %) pertenecen a la ómicron.

Sin embargo, ese número es considerablemente mayor al indicado por la OMS hace una semana (cuando GISAID había identificado 14 casos de ómicron) y la variante ya supera en número a otras anteriormente detectadas, como la alfa o la gamma.

La OMS cita previsiones del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, que espera que la ómicron se convierta en la variante dominante en la UE (más del 50 % de los casos) entre enero y marzo de 2022, dependiendo del nivel de transmisibilidad que acabe teniendo.

La OMS resalta el fuerte aumento de casos en países del sur de África, la región donde la ómicron fue primero detectada: no sólo Sudáfrica, donde los casos se han duplicado en una semana (111 % más), sino Eswatini (1.990 %), Zimbabue (1.361 %), Mozambique (1.207 %), Namibia (681 %) y Lesoto (219 %).

El informe subraya no obstante que estos fuertes aumentos podrían estar relacionados con el mayor número de tests de diagnóstico que se han practicado en esos países durante las últimas semanas debido a la alarma por la variante ómicron.

Uno de los puntos de mayor preocupación de la nueva variante es su aparentemente alto nivel de reinfección, es decir, la capacidad de infectar a personas que ya han tenido antes la enfermedad y habían desarrollado por ello anticuerpos naturales contra el coronavirus.

La OMS subraya en ese sentido que la variante "parece extenderse rápidamente en una población altamente inmunizada como era la de Sudáfrica".

Aunque la tasa de vacunación contra la COVID en Sudáfrica es baja (de alrededor del 35%), la OMS cree que el país tiene un nivel de inmunización de sus adultos de entre el 60% y el 80%, debido al alto número de personas que se estima que pasaron la enfermedad.

El informe de la OMS sigue sin arrojar luz sobre el posible efecto de la nueva variante en las vacunas anticovid, pero señala que los tratamientos usados en casos graves de la enfermedad (corticoesteroides, antagonistas de interleucina-6) parecen seguir funcionando ante esta cepa.

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