La Organización Panamericana de la Salud advirtió el miércoles que varios países de Latinoamérica y el Caribe han hecho un uso desmedido de los antibióticos para atender a enfermos de coronavirus hospitalizados que no los necesitaban.

“Hemos visto un incremento a niveles sin precedentes en el uso de antimicrobianos, con posibles consecuencias graves en los próximos años”, expresó la directora de la OPS, Carissa Etienne en la conferencia semanal virtual de la organización. “Debido al sobreuso y al mal uso de antibióticos y otros antimicrobianos, corremos el riesgo de quedarnos sin medicinas que utilizamos para tratar infecciones comunes”. 

Explicó que estos medicamentos son esenciales para salvar vidas y deben ser utilizados de manera responsable porque las bacterias pueden desarrollar resistencia y hacer que dejen de ser efectivos con el tiempo. De acuerdo con información hospitalaria facilitada a la OPS, entre el 90% y el 100% de los pacientes hospitalizados durante la pandemia recibieron antimicrobianos como parte de su tratamiento contra COVID-19, pero sólo el 7% de ellos tenían otras infecciones que los requerían.

Un alerta epidemiológica reciente de la OPS indicó el surgimiento de resistencia bacteriana a antimicrobianos con una magnitud y complejidad que no se había visto antes.

Mientras tanto, la región alcanzó una marca clave: en promedio el 50% de esta población ha completado su vacunación, aunque hay países como Nicaragua y Haití que no han llegado aún a inmunizar ni al 10% de su gente.

En la última semana se registró un descenso del 5% en los casos nuevos de coronavirus en las Américas, que llegaron a 760,000; y del 17% en las muertes, unas 12.800.

En la región hay varios países, entre ellos Argentina, Uruguay, Ecuador, Guatemala y Paraguay, que reportan un incremento de infecciones resistentes a las medicinas, que probablemente hayan contribuido al alza de la tasa de mortalidad entre los pacientes hospitalizados, dijo Etienne.

Durante la pandemia los hospitales se han visto rebasados con pacientes enfermos de coronavirus y en algún caso las unidades de terapia intensiva recibían pacientes a una tasa que superaba en dos o tres veces su capacidad. El empleo de procedimientos invasivos como la entubación o ventilación, el uso de antimicrobianos y antibióticos y otras medicinas, y enfermedades preexistentes como la diabetes o la obesidad incrementan el riesgo de contraer infecciones bacterianas y de hongos. Eso sumado a la limitada cantidad de guantes desechables y batas, y los cambios en los métodos de limpieza contribuyó también al incremento más rápido de infecciones, dijo la OPS.

También hay otros medicamentos que no se administraron correctamente, como la ivermectina, azitromicina y cloroquina, que fueron ampliamente utilizadas en tratamientos que no estaban probados, incluso cuando la Organización Mundial de la Salud advirtió que no existían evidencias de que fueran beneficiosos para los pacientes enfermos con COVID-19. 

La OPS pidió a los países que regulen el uso de este tipo de medicinas para que no sean de fácil acceso sin receta médica para prevenir una crisis sin precedentes.

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