Anthony Hopkins, verdadera leyenda del séptimo arte, se transforma hábilmente para ofrecer interpretaciones memorables, la de un asesino caníbal, un papa emérito o el presidente de Estados Unidos. Pero fue su rol de frágil anciano el que le valió su segundo Óscar.

Hopkins, quien a los 83 años es el actor de mayor edad en ganar un Óscar competitivo, superó al fallecido Chadwick Boseman, cuyo papel en "La madre del blues" le valió un Globo de Oro póstumo tras su muerte de cáncer a los 43 años. Además, venció a Riz Ahmed ("El sonido del metal"), Gary Oldman ("Mank") y Steven Yeun ("Minari").

Casi tres décadas después de ganar su primera estatuilla al mejor actor en 1992 por su escalofriante interpretación de un asesino en serie en "El silencio de los inocentes", de Jonathan Demme, volvió a ganar el premio por encarnar a un anciano que se hunde en la demencia en "El padre", dirigida por el francés Florian Zeller.

En esta película, adaptación de una exitosa obra de teatro, que a veces roza el género del thriller, su hija, interpretada por la británica Olivia Colman, y otros miembros de su entorno se vuelven irreconocibles y su propio apartamento parece transformarse. Su personaje comparte su nombre de pila, Anthony, y su fecha de nacimiento, 31 de diciembre de 1937.

"No fue un problema interpretar a una persona mayor, porque soy viejo", dijo el actor al periódico The Times. Pero el papel le marcó. "Me hizo más consciente de la mortalidad y la fragilidad de la vida, y desde entonces juzgo menos a la gente. Todos somos frágiles, todos estamos dañados". 

La película le recordó los últimos días de su padre. "Sabía lo que sentía al final. El miedo. La indecible melancolía, la tristeza y la soledad. Todos fingimos que no estamos solos, pero todos estamos solos. El éxito es bueno, es una forma de sobrevivir, pero al final todos estamos desesperadamente, desesperadamente solos", dijo a The Times.

En una carrera de seis décadas en el teatro, la televisión y el cine, el legendario actor ha interpretado a personajes tan diversos como un rey de Inglaterra (Ricardo Corazón de León), un primer ministro británico (David Lloyd George), dos presidentes de Estados Unidos (John Quincy Adams y Richard Nixon), Hitler, Danton, Isaac Rabin, Charles Dickens, Pablo Picasso y Alfred Hitchcock. 

Hopkins se ha hecho un nombre en interpretaciones demoníacas pero contenidas, como bajo la dirección del británico James Ivory en "Lo que queda del día" (1993), por la que también ganó un Oscar a la mejor interpretación masculina, y Richard Attenborough en "Tierra de penumbra" (1993).

En "Los dos Papas" se puso en la piel de Benedicto XVI, el alemán Joseph Ratzinger, un pontífice estricto y conservador, en diálogo con su carismático sucesor Francisco, interpretado por Jonathan Pryce.

Sir Anthony, desde que fue nombrado caballero por la reina Isabel II en 1993, es también pintor, pianista y compositor y tiene una memoria auditiva excepcional, quizá debida a su oído musical.

Nacido el 31 de diciembre de 1937 en Margam, un suburbio de Port Talbot, en Gales, de padre panadero, Philip Anthony Hopkins, hijo único, incómodo en su propia piel y revoltoso, se orientó hacia el teatro gracias a un encuentro, siendo adolescente, con Richard Burton, natural del mismo pueblo galés.

Tras las clases de arte dramático, dos años de servicio militar en la Marina y pequeños papeles en los escenarios, se fijó en él el legendario Laurence Olivier y se convirtió en su suplente en el Royal National Theatre de Londres.

Después apareció en numerosas películas de televisión, ganó varios premios Emmy, y pasó a la gran pantalla.

Tras vivir momentos difíciles en la década de 1960 en Londres, emigró a Estados Unidos y superó su alcoholismo. En diciembre, se felicitó en Twitter por llevar 45 años sobrio.

Se naturalizó estadounidense en 2000, pero conservó su ciudadanía británica. 

El actor, director y productor de pelo blanco y ojos azules vive cerca del océano en la californiana Malibú, con Stella Arroyave, su tercera esposa, de 64 años.

Google News

TEMAS RELACIONADOS