Un nuevo video de está levantando indignación en redes sociales luego de viralizarse.

Las imágenes muestran al propietario, Collier Gwin, de una galería de arte en San Francisco que rocía agua con una manguera a presión contra una mujer sin hogar que se aprecia sentada afuera del local.

Al parecer la señora se negaba a irse del lugar ante las múltiples peticiones del presunto agresor, por lo que éste la mojó en medio de su enojo para que despejara la acera de inmediato.

El incidente sucedió frente a la galería de arte Foster Gwin en North Beach, San Francisco el pasado 9 de enero, pero las imágenes fueron difundidas cuando el hombre fue arrestado el 18 de enero.

Tres policías lo arrestaron afuera del local por orden de la fiscal Brooke Jenkins, que calificó las acciones del hombre como “completamente inaceptables”.

Los últimos reportes sobre el caso señalan que el hombre será acusado de un delito menor de agresión y podría recibir una sentencia de seis meses en la cárcel del condado y una multa de $2 mil dólares.

Inicialmente la fiscal fue criticada por la opinión pública por no querer asignar castigos duros al agresor y, en general, tener políticas “suaves con el crimen”.

Y es que Jenkins decidió primero dejar pasar el caso sin mayor atención debido a que ni la víctima ni el agresor quisieron levantar cargos, pero tomó medidas policiales cuando comenzaron las presiones.

“Gwin está acusado de un delito menor de agresión por el presunto rociado intencional e ilegal de agua sobre y alrededor de una mujer sin hogar”, dijo la fiscal en un comunicado.

“La supuesta agresión a un miembro sin hogar de nuestra comunidad es completamente inaceptable”, agregó y continuó: “El señor Gwin enfrentará las consecuencias apropiadas por sus acciones. Del mismo modo, el vandalismo en la galería Foster Gwin también es completamente inaceptable y debe detenerse: dos errores no hacen un acierto”.

Tras pronunciar sus disculpas contra la víctima, identificada como Q, Giwn reveló que anteriormente la mujer tiró varios botes de basura en la puerta de su galería, también dijo que ha vandalizado su local numerosas veces y le ha impedido entrar a la galería para trabajar.

Tras las acciones de la mujer, Collier Gwin llamó sin obtener respuesta al Departamento de Policía de San Francisco y a servicios sociales. Ante la falta de apoyo, decidió tomar sus propias acciones corriéndola con agua.

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