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No todas las estrellas perduran en la fama, en especial quienes brillan a corta edad. Mantener una carrera en el mundo del espectáculo puede cansar a algunos artistas, otros simplemente dejan de recibir propuestas de trabajo o son alejados de la farándula por sus padres.
En 2016, la cantante Demi Lovato anunció una pausa en su carrera, al escribir en Twitter que ‘no había nacido para ese negocio y los medios’. Demi no aguantaba la presión a la que estaba sometida y explotó.
Si hablamos de niños y adolescentes hay casos similares. Decenas han dejado las mieles de la fama y los miles de dólares por una vida ‘normal’. Para muestra, bastan unos ejemplos.
¿Recuerdas la exitosa película ‘Matilda’? La pequeña niña genio, capaz de mover objetos con su mirada, creció. Mara Wilson tenía nueve años cuando interpretó a ‘Matilda’.
Este 2017, acaba de cumplir 30 años y en su vida ya no hay cabida para la actuación en cine y TV. Ahora es escritora y dramaturga.
Wilson reconoce que ser famosa fue, en general, una buena experiencia porque ella misma lo decidió. “Vi a muchos niños actores que no tenían eso y eran miserables. Los niños cuyos padres los empujaron a actuar a menudo crecen resentidos. Nunca tuvieron elección, y peor aún, nunca tuvieron la oportunidad de ser niños”.
Para no crecer en un ambiente desestabilizado, sus padres trataron de mantenerla con los pies en la tierra. La hicieron compartir habitación con su hermana, asistió a una escuela pública y pensaba en la actuación como un pasatiempo.
La protagonista de Matilda señala que ser un ídolo infantil y después pasar a la adolescencia no es fácil. “Quienes me conocieron en la etapa adulta se sorprenden de que esté viva y nunca haya estado en prisión o rehabilitación”.
“Escribo cosas y cuento historias, pero no soy una celebridad y no quiero serlo. Soy mucho más y me gusta de esa manera”. Como ella, otros actores infantiles dejaron atrás el mundo del espectáculo y ahora tienen empleos comunes: médicos, profesores de biología y estilistas.
