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Cuando la hija mayor de Barack Obama, Malia, pisó por primera vez la Casa Blanca en 2007, tenía solamente 10 años. Llegó agarrada de la mano de su papá. Sí, era apenas una niña.

Como parte de la esfera pública, hemos visto su crecimiento poco a poco ante nuestros ojos a través de las pantallas y periódicos. Desde ser una menor hasta convertirse en una hermosa adolescente.

Este 4 de julio cumplirá 18 años. Desde que dejó de vivir en la Casa Blanca, Malia se convirtió en uno de los personajes que atrae la atención de las revistas de tendencias juveniles. Y cómo no, si Malia es adicta a la serie Modern Family y a la música de Beyoncé y Jay Z.

Al ser hija del ex presidente de Estados Unidos, Malia tiene una rigurosa disciplina por parte de sus padres. Tiene prohibido usar Facebook, esta regla la impuso su madre, Michelle. Además, cuando viajan debe llevar un registro sobre todo lo que ha visto o le ha llamado la atención.

Entre semana puede ver televisión y usar la computadora, pero solamente para tareas y trabajos escolares. También debe practicar dos deportes, uno lo elige ella y el otro, la ex primera dama. Otra de las normas que tiene su familia, es cenar todos juntos en casa y platicar sobre cómo les fue en el día. Es necesario que Malia Obama coma verduras.

Mientras su papá era presidente de Estados Unidos, la prensa tenía prohibido tomarle fotografías cuando sus padres no estaban presentes. Además, no la podían entrevistar. Era una manera de respetar su privacidad y seguridad. Sin embargo, como una joven en el ojo público, ninguna prevención de sus padres pudo evitar escándalos.

En nuestra galería te contamos algunas de las limitaciones que vive la joven como parte de la política estadounidense, y algunas ocasiones en que ni el control la salvó de momentos inesperados.

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