La campaña de reelección del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fracasó este jueves en su intento de que los tribunales detuvieran el escrutinio en Michigan, en la que argumentaba que no tenía el acceso suficiente a los lugares de cómputo de votos.

Esta es la segunda demanda que ha perdido la campaña de Trump en sus intentos de desafiar el escrutinio en varios estados clave, tras la derrota de su querella en Georgia.

Sin embargo, ganó la demanda en Pensilvania que le permite a los observadores de su equipo supervisar más de cerca el conteo de votos.

El fallo de la Corte de la Mancomunidad de Pensilvania tiene, sin embargo, un impacto limitado, ya que no detiene el escrutinio ni invalida ninguna parte del cómputo que se ha hecho hasta ahora en ese estado bisagra.

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El conteo de votos paró únicamente durante unos pocos minutos a media mañana en Filadelfia, mientras que los funcionarios electorales de la ciudad se preparaban para implementar la decisión de la corte, pero no tardó en reanudarse.

La orden judicial permite a los observadores de la campaña de Trump situarse a una distancia de menos de 1,8 metros (seis pies) de cualquier mesa donde se estuviera llevando a cabo el cómputo de votos, para supervisar mejor el proceso.

"Ha habido una breve pausa debido al litigio que está en curso, pero ya se ha reanudado de acuerdo con la ley", dijo el portavoz de los comisionados de la ciudad, Kevin Feeley, según el diario local "The Philadelphia Inquirer".

La ciudad de Filadelfia apeló la sentencia a la Corte Suprema de Pensilvania, que todavía no ha aclarado si mediará en el caso.

Jason Miller, asesor de la campaña de Trump, adelantó en un tuit que, si el Supremo de Pensilvania derogara esa decisión, como se rumoreaba en las redes sociales que podía pasar, su equipo llevará el tema hasta el Tribunal Supremo de EE.UU.

La campaña de Trump ha tomado al menos otras dos acciones legales en Pensilvania, entre ellas una que pide directamente al Tribunal Supremo de EE.UU. intervenir para que detener el recuento de ciertos votos, algo que tendría mucho más impacto que el fallo relacionado con la observación.

El equipo del presidente se opone a la decisión de Pensilvania de considerar válidos los votos por correo recibidos en los tres días posteriores al día de las elecciones pero con matasellos anterior, y aunque el Supremo ya rechazó en octubre mediar en el caso, la campaña de Trump quiere que ahora vuelva a aceptarlo.

"¡Si se cuentan los votos legales, yo gano fácilmente las elecciones! ¡Si se cuentan los votos ilegales y tardíos, nos pueden robar las elecciones!", exclamó este jueves Trump, en una declaración en mayúsculas distribuida por su campaña.

El candidato demócrata, Joe Biden, suma ya 264 delegados en el Colegio Electoral, a un paso de lograr los 270 que le darían las llaves de la Casa Blanca, frente a los 214 que acumula Trump.

En Pensilvania, donde se espera que el escrutinio se alargue al menos hasta el viernes, Trump aventajaba a Biden por más de 120.000 votos con el 92 % escrutado, aunque a primera hora del jueves aún quedaban por contar más de 700.000 sufragios y se esperaba que la mayoría favorecieran al candidato demócrata.

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