Retrocedamos al año de 1997. Mientras se tomaba un break en su relación con Daisy Fuentes, fue invitado por la actriz Salma Hayek a la gala de los de la Academia.

De esta manera, el 24 de marzo de 1997 la actriz, que más tarde daría vida al personaje de Frida, desfilaba por la alfombra roja del Shrine Auditorium, Los Ángeles, de la mano del Sol de México.

Como era de esperarse, distintos medios desataron rumores sobre un posible romance entre ambos. Sin embargo, la misma Hayek desmintió ‘la posible relación amorosa’ en varias entrevistas, revelando que su conexión con el cantante era únicamente de amistad.

“Te voy a hacer una pregunta, ¿cómo hiciste para levantarte a Luis Miguel?”, pregunta un entrevistador a Salma en los Oscar 1997. “No lo tengo conquistado, Luis Miguel es mi amigo desde hace 12 años”, afirmó.


69ª Entrega de los Premios Óscar

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Recordemos que esa edición número 69, la también empresaria fue invitada para presentar el performance de Kenny Loggins “For the First Time” de One Fine Day (nominada a mejor canción original).

El momento se volvió histórico para muchos, pues era una pareja que nadie se esperaba ver en la alfombra. guardó el momento con una foto que publicó en su feed de Instagram con la descripción: “Hace 20 años en mis primeros Oscars con mi amigo Luis Miguel. ¡Dios mío, qué flaca estaba!”, se puede leer en la descripción de la foto.

Aunque no es la primera vez que se ven juntos, ya que después volvieron a aparecer en una red carpet y distintas portadas de revista, ambos han dejado bien claro que su amistad hasta la fecha es muy sólida.

La historia detrás de la polémica tiara de Salma Hayek en los Oscar 1997


En una entrevista para Vogue en 2022 para la sección ‘Looks más icónicos de mi carrera’, Salma reveló que era la primera vez que asistía a la ceremonia de los Óscar y por esa razón decidió llevar una tiara que, para su sorpresa, terminó imponiendo moda. Acompañado de un vestido Giorgio Armani color plata que revelaba sus curvas y pendientes a juego.

“Todos me dijeron que estaba loca y que era ridícula y parecía pretencioso. Todos trataron de convencerme de no usarla, mi mánager, mi estilista, mi publicista”, comenta en la entrevista. “De todos modos la usé, ¿y saben qué pasó? Todas empezaron a usar tiaras después de eso”.


Vogue



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