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Los senadores de Estados Unidos trabajarán durante el fin de semana por primera vez desde que comenzó el cierre del gobierno hace más de un mes, con la esperanza de encontrar una resolución bipartidista que hasta les ha sido esquiva, mientras los trabajadores gubernamentales siguen sin cobrar, las aerolíneas se han visto obligadas a cancelar vuelos y las prestaciones del programa SNAP se han retrasado para millones de estadounidenses.
Antes del inicio de la sesión del fin de semana el sábado, no estaba claro si republicanos y demócratas podrían avanzar hacia la reapertura del gobierno y el final de un estancamiento partidista que dura ya 39 días. Los republicanos rechazaron el viernes una oferta del líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, para reabrir el gobierno y prorrogar un año los subsidios de salud que están a punto de expirar. El líder de la mayoría en el Senado, John Thune, calificó la propuesta como "inviable".
Los republicanos se han negado a negociar con los demócratas, que exigen que los líderes del Partido Republicano y el presidente, Donald Trump, negocien una ampliación de los créditos fiscales de la Ley de Cuidado de Salud Asequible que expiran a final de año. Pero los republicanos se han mostrado abiertos a una nueva propuesta de un pequeño grupo de demócratas moderados para reabrir el gobierno a cambio de una votación sobre sanidad más adelante.
La senadora de Nueva Hampshire, Jeanne Shaheen, que lidera las conversaciones entre los moderados, dijo el viernes por la noche que los demócratas “necesitan otro camino a seguir” después de que los republicanos rechazaran la oferta de Schumer. “Estamos trabajando en ello”, afirmó.
Mientras los líderes de las dos formaciones discrepaban, el pequeño grupo de demócratas liderado por Shaheen continuó negociando entre ellos y con algunos republicanos de base un acuerdo que pondría fin al estancamiento gubernamental.
El grupo ha discutido durante semanas acerca de una votación para una serie de proyectos de ley que financiarían parte del gobierno —ayuda alimentaria, programas para veteranos y el poder legislativo, entre otras cosas— y extenderían el financiamiento para todo lo demás hasta diciembre o enero. Las tres propuestas de gasto anual que probablemente se incluirían son el resultado de las negociaciones bipartidistas que han continuado durante el cierre.
Pero los términos de ese acuerdo incluirían la promesa de una futura votación sobre la atención sanitaria, en lugar de una garantía de que los subsidios de la Ley de Cuidado de Salud Asequible se extiendan más allá de final de año. Muchos demócratas han indicado que eso es inaceptable.
Pero los líderes republicanos solo necesitan cinco votos más para financiar al gobierno, y el grupo que participa en las conversaciones ha oscilado entre 10 y 12 senadores demócratas.
Mientras esos demócratas dialogaban, los republicanos mantenían la esperanza de llegar a un acuerdo para acabar con el impasse y, más tarde, negociar un compromiso sobre la atención sanitaria. Algunos republicanos mostraron su disposición a extender los créditos fiscales de la época del COVID-19, ya que las primas podrían dispararse para millones de estadounidenses, pero quieren establecer nuevos límites sobre quién puede recibir los subsidios.
“Hemos tenido discusiones muy positivas con muchos de los demócratas”, dijo Mike Rounds, senador de Dakota del Sur.
Republicanos contemplan nuevo paquete de proyectos de ley
Durante un desayuno con republicanos en la Casa Blanca el miércoles, el presidente Donald Trump los instó a solventar el cierre rápidamente y a eliminar el obstruccionismo legislativo, que exige que la mayoría de las leyes reciban al menos 60 votos para salir adelante en el Senado, para que puedan esquivar por completo a los demócratas.
“Estoy totalmente a favor de terminar con el filibusterismo, y volveríamos al trabajo en los 10 minutos posteriores a que se llevara a cabo esa votación”, dijo Trump el viernes.
Los republicanos han rechazado con rotundidad el pedido de Trump, y Thune ha considerado en su lugar un paquete bipartidista que refleje la propuesta que los demócratas moderados han estado esbozando. Pero no está claro qué prometería Thune, quien se ha negado a negociar, en materia de salud.
El paquete reemplazaría la legislación aprobada por la Cámara de Representantes que los demócratas han rechazado 14 veces desde que comenzó el impasse. El proyecto actual solo extendería la financiación gubernamental hasta el 21 de noviembre, una fecha que está a la vuelta de la esquina después de seis semanas de inactividad.
Si Thune decide avanzar, en los próximos días podría celebrarse una votación de prueba sobre la nueva legislación.
Los demócratas tendrían que tomar entonces una decisión crucial: ¿Siguen luchando por un acuerdo significativo para extender las ayudas que expiran en enero, prolongando el impacto del cierre, o votan para reabrir el gobierno y esperan lo mejor mientras los republicanos prometen una eventual votación sobre el cuidado de la salud, pero sin un resultado garantizado?
Tras una reunión del caucus el jueves, la mayoría de los demócratas sugirieron que continuarán esperando a que Trump y los líderes republicanos acepten negociar.
El senador Brian Schatz, demócrata de Hawái, dijo que los demócratas “obviamente no son unánimes” pero “sin algo sobre la atención médica, es muy poco probable que la votación tenga éxito”.
El senador de Vermont Bernie Sanders, un independiente que forma parte del grupo parlamentario demócrata, apuntó que necesitan mantenerse firmes después de las abrumadoras victorias demócratas en la jornada electoral de esta semana, y exigir una prórroga de los subsidios en lugar de la promesa de una votación.
La gente "votó en contra del trumpismo", manifestó Sanders. "Y parte de ese voto fue para decir a los demócratas: 'Manténganse firmes, no se rindan, no nos obliguen a pagar el doble o el triple por las primas de salud'".
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