El cometa 3I/ATLAS sigue surcando el espacio, dentro de nuestro Sistema Solar, luego de resurgir de su perihelio, que ocurrió el pasado 29 de octubre. Durante este tiempo, el objeto interestelar ha sido analizado por científicos, de las principales agencias espaciales, incluida la NASA y otros expertos como el astrofísico de Harvard, Avi Loeb.
Precisamente este científico, compartió en su blog nuevos descubrimientos en torno al cuerpo celeste y enlistó una nueva anomalía que lo hacen más sospechoso y que han generado especulaciones sobre su naturaleza, como que se trata de una nave extraterrestre.
El miércoles 5 de noviembre de 2025, astrónomos de la NASA hicieron públicas dos nuevas imágenes del enigmático objeto interestelar 3I/ATLAS, luego de la presión científica internacional para que la agencia revelara nuevos datos sobre sus observaciones.
Dichas imágenes detallan una fuente de luz compacta sin cola cometaria visible, lo que es raro de ver en este tipo de objetos celestes. Las fotografías, tomadas poco después de su paso por el perihelio, que fue su máximo acercamiento al Sol, muestran una coma similar a la observada previamente por el Telescopio Espacial Hubble el pasado 21 de julio, después de su descubrimiento, lo que ha generado confusión en la comunidad científica. ¿Qué pasó con esa cola?
Loeb señala que, tras su paso cercano al Sol, el cometa debió mostrar una gran cola de gas y polvo, resultado natural del calentamiento y la sublimación de materiales.
Sin embargo, las últimas imágenes contradicen dichas expectativas y plantean nuevas dudas sobre la verdadera naturaleza de 3I/ATLAS, del que se dice es un objeto sin precedentes que entró a nuestro Sistema Solar y que podría estar controlado por inteligencia no humana en caso de no ser realmente un cometa.
El Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA informó previamente que el cometa presentaba una aceleración no gravitacional, “con una componente radial de 1,1 x 10⁻⁶ unidades astronómicas por día al cuadrado, y una transversal de 3,7 x 10⁻⁷”. Estos valores, explica Loeb, implican una pérdida de masa superior al 13 por ciento, algo que, en un cometa convencional, habría generado una enorme nube visible alrededor del núcleo.
Tras su perihelio, Loeb calculó que el cometa debió perder al menos el 15 por ciento de su masa y debió generar la nube de escombros de más de 5 millones de toneladas, que ya debería ser visible con telescopios en la Tierra y captada con las sondas espaciales debido a que salió del perihelio.
Aunado a la nube, el objeto interestelar debió producir una cola brillante definida, similar a la de otros cometas y objetos interestelares similares. En el nuevo monitoreo de la NASA, esta cola no se aprecia y ni siquiera se identificó un rastro. Los expertos aseguran que la ausencia de la cola podría demostrar que el cometa está compuesto de material y mecanismos completamente diferentes a los cometas convencionales. ¿Es una afirmación de que se trata de una nave extraterrestre?
Para resaltar la diferencias entre 3I/ATLAS y otros cometas, se compararon las fotografías del 3I/ATLAS con una reciente imagen del cometa Lemmon, que alcanzó su perigeo el pasado 21 de octubre, y que se acerca a su perihelio para el 8 de noviembre.
A diferencia del objeto interestelar, el cometa Lemmon muestra una cola definida y orientada en dirección opuesta al Sol.
La ausencia de la cola cometaria se convirtió en una nueva anomalía, la décima, enlistada por Avi Loeb, que lo cataloga como un fenómeno excepcional dentro del Sistema Solar y que debe seguirse de cerca para descubrir su verdadera naturaleza y origen.