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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumplió este martes con la tradición de indultar a dos pavos que se salvarán de acabar en la cena de Acción de Gracias y bromeó con que anula los perdones otorgados a pavos por su antecesor, Joe Biden, por haber sido firmados, dijo, con un "bolígrafo automático".
Las dos aves afortunadas son Gobble ("engullir", en inglés) y Waddle ("pavonearse"), nacidas en julio en una granja de Carolina del Norte y que pesan 52 y 50 libras (24 y 23 kilos), respectivamente.
Acompañado de la primera dama, Melania, el presidente perdonó a los pavos en un acto celebrado en la Rosaleda de la Casa Blanca, un antiguo jardín que Trump ordenó pavimentar.
"Gobble, quiero decirte algo muy importante: estás indultado de forma incondicional", dijo Trump ante el pavo, situado sobre un podio, que glugluteó al saberse perdonado.
El otro ejemplar, Waddle, que ejerce como suplente, no estaba en la ceremonia. "Waddle está desaparecido, pero no importa. Fingiremos que está aquí", añadió el presidente.
Esta es una de las tradiciones más pintorescas de la Casa Blanca, y los presidentes suelen acompañarla de varias bromas, ocasión que Trump no quiso desaprovechar para atacar a sus rivales políticos.
El mandatario, que acostumbra a acusar a Biden de incapaz y de usar un "bolígrafo automático" para firmar decretos e indultos, anunció entre risas que el uso del "autopen" hace "totalmente inválidos" los perdones presidenciales del año pasado a Peach y Blossom.
Continuó bromeando con que los dos pavos de Biden estaban en camino de ser "procesados", pero que a última hora decidió perdonarlos también de ser engullidos.
También dijo que iba a bautizar a los pavos de este año con los nombres de los congresistas demócratas Chuck Schumer y Nancy Pelosi, pero luego se dio cuenta de que con esos nombres jamás los indultaría
El republicano insultó además al gobernador de Illinois, el demócrata JB Pritzker, por la inseguridad en ese estado, y lo llamó "gran gordo y vago", aunque admitió que él mismo quiere perder algunos kilos.
Los dos pavos, de plumaje blanco y cabeza azul, fueron elegidos en el concurso que organiza cada año la Federación Nacional del Pavo. Durmieron en un lujoso hotel cercano a la Casa Blanca y, tras recibir el perdón presidencial, pasarán el resto de sus vidas bajo el cuidado de la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
Cada año, por estas fechas, unos 46 millones de pavos son sacrificados en Estados Unidos como plato estrella del Día de Acción de Gracias, festividad que conmemora un banquete compartido entre colonos ingleses e indígenas en 1621 para celebrar una buena cosecha.
Aunque durante décadas los presidentes recibieron pavos como obsequio por Acción de Gracias, fue George H. W. Bush quien inició el tradicional indulto cuando, en 1989, bromeó con que perdonaba al pavo de terminar en la mesa, en respuesta a una protesta ambientalista que se encontraba frente a la Casa Blanca. EFE
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(foto)(video)
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