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El objeto interestelar 3I/ATLAS, catalogado por la ciencia como “cometa”, ha sido el tema de conversación y polémica desde que fue cubierto el pasado 1 de julio en Chile por varias razones, primero por ser un extraño cuerpo celeste que viene del exterior de nuestro Sistema Solar y segundo por generar teorías conspirativas sobre su origen y razón de ser; muchos aseguran que en realidad se trata de una nave extraterrestre.
En los últimos días, tras su avance en la trayectoria que sigue hacia el Sol y su alineación con Marte, se ha puesto sobre la mesa las posibilidades de que este objeto pueda dirigirse a la Tierra y colisionar.
Si bien las investigaciones hechas hasta el momento afirman que el 3I/ATLAS no representa un peligro para la humanidad, algunos científicos han hecho cálculos y simulaciones sobre lo que ocasionaría si se dirigiera hacia nosotros y las consecuencias que dejaría su colisión.
En caso de que se dirigiera a la Tierra, como lo hizo hace 66 millones de años el asteroide Chicxulub que extinguió a los dinosaurios al caer en Yucatán, México, o como Dottie, el que destruyó Bruce Willis y Ben Affleck en la película Armageddon, el objeto interestelar acabaría con parte de la humanidad.
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Una nueva investigación, hecha con datos que dejó la observación del 3I/ATLAS a su paso cercano por Marte, apunta que una colisión contra la Tierra sería devastadora, ya que tendría una potencia equivalente a 667 millones de bombas similares a las que Estados Unidos lanzó contra Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, durante el conflicto de la Segunda Guerra Mundial.
Los expertos apuntan que una posible colisión contra la Tierra liberaría la energía de 100 millones de megatones de TNT (trinitrotolueno), la bomba de Hiroshima generó 15 kilotones de TNT.
Se estima que, tras un choque contra el 3I/ATLAS, la Tierra experimentaría tsunamis y terremotos masivos, aplanación de continentes enteros, tormentas de fuego y un impacto temporal en el invierno. ¿Hay posibilidades de que ocurran estos escenarios? ¿Son realistas las estimaciones?
Estos datos no han sido verificados ni confirmados por los astrónomos de las principales agencias espaciales como la Agencia Espacial Europea (ESA) o la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA). Se sabe que muchas de las investigaciones y observaciones que afirman estos hechos han sido realizadas por expertos fuera de estudios oficiales y por aficionados que han seguido de cerca el misterioso objeto desde su descubrimiento y hasta el momento.
Las investigaciones continúan, ya que todavía no hay un panorama 100 por ciento claro sobre la existencia del cometa 3I/ATLAS y su visita al interior de nuestro Sistema Solar.
Por ahora las principales agencias espaciales se han mantenido cautelosas sobre la información que han divulgado al respecto. La NASA suspendió sus actividades científicas debido al cierre de gobierno en Estados Unidos, por lo que no ha emitido actualizaciones sobre el cuerpo celeste, en especial durante su acercamiento a Marte, que ocurrió precisamente días después del cierre por motivos presupuestarios.
Lo anterior ha hecho que surjan teorías sobre su composición, tamaño y trayectoria. Investigadores vinculados a instituciones académicas como Harvard, en especial el astrónomo Avi Loeb, afirman que el cometa 3I/ATLAS es en realidad una nave extraterrestre, recubierto con níquel, que cambia su color y velocidad de forma inusual mientras surca el espacio. Esta información tampoco ha sido retomada por la NASA.