El rey Carlos III y el resto de la familia real vuelven a quedar bajo la lupa, y no por un acto protocolario ni por las polémicas relacionadas con el príncipe Harry y Meghan Markle. Nuevos datos financieros revelan que la Corona británica se ha convertido en la monarquía más cara de Europa, a pesar de las promesas del monarca de manejar su reinado de forma austera hasta su muerte. ¿Qué significa esto? ¿Qué tan rica es y por qué dicen que es la más cara? Aquí te contamos lo que dice la investigación.
Esta información surgió a través de una investigación presentada en el libro Royal Mint, National Debt: The Shocking Truth about the Royals Finances, del autor Norman Baker, quien detalla cómo el financiamiento público y la riqueza privada de los Windsor han crecido de manera acelerada en los últimos años, haciéndola la más rica de Europa.
El autor rastreó la evolución del sistema financiero de la monarquía a partir de 1760, cuando el rey Jorge III cedió los ingresos del Patrimonio de la Corona a cambio de una lista civil anual. Ese acuerdo derivó en la actual subvención soberana, que hoy mueve cifras millonarias.
De acuerdo con sus afirmaciones, dicha subvención pasó de 10 millones de dólares en 2011 a 167.8 millones en 2025, con un crecimiento anual compuesto que supera el 22%, a pesar del aumento elevado, la cifra no incluye todos los costos históricos.
Baker afirma que la financiación total de la monarquía se ha cuadruplicado desde 2011, mientras la riqueza privada de Carlos III también ha aumentado de forma notable, siendo el rey uno de los miembros más acaudalados de la familia real británica y con más propiedades a lo largo del Reino Unido.
El monarca tendría un patrimonio estimado en 2 mil 290 millones de dólares, además del control familiar sobre 250 mil acres distribuidos en propiedades como el castillo de Balmoral, Sandringham y los ducados de Lancaster y Cornwall, según la pesquisa.
Una fuente citada en la investigación asegura que lo más sorprendente para los súbditos no es la cifra final, sino la constancia con la que ha crecido en casi dos décadas. Según el libro, preocupa que la institución sea cada vez más cara para los contribuyentes justo cuando presume de modernizarse y de mantener una política de bajos costos desde que falleció la reina Isabel II.
Otra fuente citada en la investigación señala que los costos ocultos acentúan la diferencia con otras monarquías europeas, donde las casas reales operan con más transparencia y con modelos financieros menos inflados.
De acuerdo con las estimaciones, el Reino Unido destina 167.8 millones de dólares al mantenimiento de su monarquía, mientras otros países gastan mucho menos: Países Bajos desembolsan 58.4 millones; Noruega, 30.5; Bélgica, 15.9; Suecia, 14.6; Dinamarca, 13.7; y España, apenas 9.4 millones, cifras que difieren en gran medida con los gastos británicos.
El libro también destaca el aumento del 53% en la subvención soberana de 2025, impulsado por la remodelación del Palacio de Buckingham, cuyo costo asciende a 456 millones de dólares. Esto se suma a incrementos previos justificados también por obras de mantenimiento.
Pero eso no es todo, los eventos históricos recientes han incrementado aún más el gasto de la monarquía: se dice que la coronación de Carlos costó al menos 91.4 millones, aunque hay estimaciones que afirman un costo final de 317.5 millones; aunado a esto, el funeral de la reina Isabel II costó 205.7 millones. A eso se suman bodas reales como la de Meghan y Harry en 2018, funerales de otros miembros de la familia real y celebraciones como el Jubileo de Platino.
Los costos de mantener a la familia Windsor distan de otras monarquías europeas, que han optado por reducir costos en los últimos años, pagar impuestos y transparentar sus finanzas, además de evitar gastar en eventos históricos como coronaciones, que ya ninguna familia real las hace cuando un heredero asciende al trono.