En los cuentos de princesas, aunque la carroza se convierta en calabaza, el amor romántico lo supera todo, pero al parecer la magia entre el y su esposa Meghan Markle no soportó luego de que esta descubriera "el nidito de amor" en el que tendría que vivir su "felices para siempre".

Según medios británicos, el biógrafo real Tom Quinn reveló en una de sus últimas obras, los pormenores de los primeros días del matrimonio de los duques de Sussex.

La que venía de estar acostumbrada a la vida que tenía en Hollywood se "horrorizó" al descubrir que su nuevo hogar estaría alejado de los grandes palacios, que, según la gente a pie, es en donde vive la realeza.

Quinn relató que, tras contraer nupcias en mayo de 2018, los duques se fueron a vivir al Cabaña de Nottingham en los terrenos del Palacio de Kensington, sitio testigo de varios hechos históricos como la entrevista secreta que dio la princesa Diana de Gales a un periodista.

Para sorpresa de Meghan vivir en el Palacio no fue lo que esperaba dado a que está alejada del glamour, además de que ser muy "pequeña", hecho que abonó para que la actriz se sintiera que vivía en una "especie de prisión".

Aunado a este golpe de realidad, la esposa deltambién tuvo que adaptarse al protocolo real, hecho que agudizó sus problemas de adaptación a su nueva vida.

Medios ingleses reportaron que la autora de la realeza Ingrid Seward reveló que la duquesa "debió de sentir muchísima envidia y luego celos de Kate" por el departamento que la esposa del heredero al trono tenía.

A los complejos de la actriz se sumaban los comentarios del príncipe Harry, ya que este solía llamar "mi choza" a la casa donde iniciaron su "felices para siempre".

Para "fortuna" de la pareja, la reina Isabel II les había regalado una casa en Frogmore Cottage en Windsor, por lo que no dudaron en mudarse.

Sin embargo, Meghan Markle seguía estando insatisfecha, por lo que la corona aceptó que el nuevo hogar de los duques de Sussex fuera remodelado a un "estilo californiano" para ayudar que se sintiera como en casa.

Pese a las nuevas comodidades, la esposa de Harry seguía sin recobrar la emoción por formar parte de la familia real.

Las fuentes consultadas por Tom Quinn revelaron que al contrario los problemas en la pareja se agudizaron.

Incluso antes de que terminaran la remodelación y pudieran habitar su nuevo hogar, Meghan se habría quejado: "No quiero retirarme a la oscuridad rural."

Otra fuente aseguró que la nueva integrante: "Se dio cuenta de que vivir allí sería como vivir en la estepa rusa."

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