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El misterio detrás del cometa 3I/ATLAS vuelve a encender el debate científico y pone alerta a los teóricos conspirativos. Ahora, el astrofísico Avi Loeb, vinculado a la Universidad de Harvard, asegura que el objeto interestelar muestra un patrón luminoso parecido a un “latido de corazón”, algo que, según él, podría apuntar a un posible origen artificial, como si se tratara del pulso interno de una nave extraterrestre.
Loeb, conocido por sus posturas polémicas sobre la existencia de la vida alienígena en el universo, explicó que ha identificado pulsos como de un latido del corazón que podrían funcionar como correcciones de rumbo o parte de algún mecanismo interno. ¿Se trata de una nueva anomalía? ¿Es una señal de que se revela como una nave con tecnología no humana?
Para Loeb, estos nuevos hallazgos deben ser analizados con seriedad ya que dichos pulsos serían la señal que la humanidad espera para confirmar que no está sola en el vasto universo.
El experto expuso su nueva hipótesis en un reciente blog, donde menciona que el 3I/ATLAS, desde que fue descubierto en Chile el pasado 1 de julio, el brillo del cometa fluctúa cada 16.16 horas, como si fuera un faro interestelar enviando señales repetitivas.
Este patrón fue observado en un estudio publicado por otro grupo de científicos en Astronomy and Physics; sin embargo, Avi Loeb dice que no ha sido investigado correctamente, en profundidad con imágenes calibradas a lo largo de varios días.
La explicación oficial de los científicos apunta a la rotación del núcleo del cometa. Sin embargo, Loeb rechaza esta hipótesis asegurando que menos del 10% de la luz proviene de esa región central, lo que vuelve la teoría poco probable.
Basado en imágenes tomadas por el Telescopio Espacial Hubble de la NASA, Loeb explica que la mayor parte del brillo sale de la coma, la nube de gas y polvo que rodea al núcleo. Por eso, apunta, la modulación periódica tendría su origen en “bocanadas” o chorros que se activan con regularidad.
Loeb describe estas emisiones como una especie de “latido de corazón”, comparable a un código Morse cósmico. Aunado a esto, el astrofísico afirma que, si los chorros responden a intervalos constantes, podrían ser parte de propulsores o mecanismos internos de tecnología avanzada no humana. ¿Esto significa que los extraterrestres están enviando señales de vida desde el 3I/ATLAS?
Si el objeto fuera completamente natural, el fenómeno podría originarse por una gran bolsa de hielo que libera material cuando queda expuesta directamente al Sol. En ese caso, la iluminación de la coma sería un comportamiento regular, pero no necesariamente misterioso.
La diferencia crucial y que despierta las teorías alienígenas, según Loeb, radica en la dirección de esos pulsos. Si las colas parpadeantes apuntan siempre hacia el Sol, se habla de un fenómeno natural, pero si no guardan relación con la dirección solar, podría tratarse de otra cosa, una nave extraterrestre que va más allá de la comprensión humana, por ejemplo.
El investigador considera que las fotos tomadas en días consecutivos podrían servir como una especie de “electrocardiograma” cósmico para determinar la naturaleza del objeto: natural o tecnológico.
Loeb también ha insinuado otras teorías en los últimos días, como la posibilidad de que el cometa 3I/ATLAS haya ajustado su trayectoria hacia Júpiter para sembrar “satélites” que recopilen información para una civilización avanzada; esta idea ha causado revuelo en redes y en la comunidad científica.
En torno a esto, se estima que el cometa 3I/ATLAS tenga su máximo acercamiento a Júpiter el próximo 16 de marzo de 2026, casi tres meses después de haber alcanzado el perigeo, que es el punto más cercano a la Tierra, el 19 de diciembre.
Tras su paso cerca del Sol (perihelio), Loeb sugirió que el objeto pudo haber ajustado su trayectoria mediante supuestos propulsores, algo que él considera posible si se tratara de una nave o sonda no humana.
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