Meghan Markle, luego de ser acusada de respondió y aclaró que no se quedó dicha prenda sin permiso como se especula en redes sociales y por la que ha sido blanco de burlas y críticas.

Markle decidió frenar de raíz todos aquellos rumores que la han señalado de ladrona desde 2022, cuando se informó por primera vez que se había llevado a casa un vestido verde esmeralda de Galvan, valorado en casi 1,800 dólares, sin autorización y en secreto de una sesión fotográfica que realizó.

La duquesa de Sussex, cansada de teorías virales y burlas, aseguró en un comunicado que jamás se quedó con dicho vestido de diseñador sin autorización, pese a lo que circula desde hace semanas, cuando lo utilizó para promocionar su especial navideño de Con amor, Meghan.

Todo empezó cuando usuarios en línea afirmaron que Markle no habría devuelto un vestido verde de Galvan, utilizado en una sesión de fotos de 2022. Los rumores crecieron nuevamente cuando la exroyal volvió a lucir el mismo modelo en un video promocional para su especial para Netflix.

Ante la polémica mediática que se desató, Liam Maguire, portavoz y director de comunicaciones de la Oficina del príncipe Harry y Meghan Markle en Reino Unido y Europa, salió a desmentir las acusaciones: “La insinuación de que la duquesa de Sussex tomó algún elemento de la sesión de fotos sin el pleno conocimiento y acuerdo de los estilistas en el set o sus equipos es categóricamente falsa”, declaró.

Según Maguire, todos los artículos que Meghan conserva están bajo acuerdos transparentes y aprobados por los equipos de estilismo, tal como ocurre habitualmente en producciones fotográficas de alto perfil. Incluso aseguró que Markle nunca ha robado, tomado prestado sin permiso ni usado artículos obtenidos de forma indebida o sin avisar.

“Todos los artículos retenidos se hicieron de manera transparente y en estricto cumplimiento de los acuerdo contractuales”, agregó.

“Todos los artículos retenidos se hicieron de manera transparente y en estricto cumplimiento de los acuerdo contractuales”, agregó.

También señaló que Meghan nunca “ha participado en un patrón de comportamiento deshonesto” y que tampoco poseyó bienes robados u obtenidos de manera indebida.

Fuentes consultadas por el medio estadounidense RadarOnline explicaron que, lejos de ser algo inusual, es práctica común que y figuras públicas conserven ciertas prendas para evitar reventas no autorizadas o subastas fraudulentas en el futuro.

Un informante calificó esta práctica como “totalmente prudente”, dado que artículos usados por miembros de la familia real suelen alcanzar cifras exorbitantes cuando llegan al mercado informal.

El escándalo contra Meghan resurgió con fuerza luego de que un podcast recuperara declaraciones de la periodista Vanessa Grigoriadis, quien aseguró que Meghan se había llevado varias prendas sin permiso en sesiones anteriores, citando incluso pasajes del libro Revenge, de Tom Bower.

Uno de los casos más mencionados fue una sesión en Toronto, antes de que Meghan se casara con Harry, en la que supuestamente salió con unos tacones Aquazzura sin devolver.

“Para sorpresa del personal de vestuario, ella se olvidó de dejar atrás los zapatos Aquazzura”, recordó Grigoriadis sobre cómo Meghan presuntamente se fue a su casa con los costosos tacones.

Aunque esas afirmaciones son viejas y bastante polémicas, las teorías renacieron con el vestido verde que usó en el promocional y en otras ocasiones cuando se le vio usando dichos zapatos de lujo en varias apariciones públicas, incluidos compromisos oficiales cuando todavía era parte de la

En medio de los señalamientos, la esposa del príncipe Harry se ha mantenido firme: niega todas las acusaciones y asegura que todo lo relacionado con vestuario se maneja bajo normas estrictas, contratos claros y transparencia, sin espacio para comportamientos deshonestos.

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